Era un domingo cualquiera, con el cálido sol invernal de Madrid acariciando el balcón de nuestros aventureros... Sin embargo, el "suspense" no da tregua!!
El Pipi y la Pau apenas podían respirar luego de una comilona en grata compañía de Leandro y Lau (un joven matrimonio interracial: él, argento; ella, española), cuando pudo oírse el siniestro sonido: "toc-toc"!!
(...)
Los cuatro marsupiales cruzaron miradas, cada cual más sorprendido, cada cual más incapacitado para levantarse luego de excesivas raciones de tartas (tanto de las de allá, es decir, saladas, como de las de acá, es decir dulces...)
"toc-toc"!! "toc-toc"!! "toc-toc"!!
Valeroso cual ingenioso hidalgo, El Pipi se dirigió hacia la puerta, de donde provenía el hitchcockniano sonido (pues el timbre no funciona, sabedlo).
"toc-toc"!! "toc-toc"!!
Con un hábil reflejo porteño, el Pipi miró a través de la mirilla y la imagen caleidoscopiana le tranquilizó: dos inocentes rostros púberes aguardaban tras el portal...
"toc-toc"!!
Recuperado el aliento, procedió a abrir la puerta, y fue entonces cuando los dos juveniles rostros se transformaron, los relojes digitales enloquecieron (señalaban las 6:66), y se inició un satánico ritual, que colmó de terror el gélido atardecer madrileño..."
Dadme el aguinaldo, oh-oh-oh...""Dadme el aguinaldo, oh-oh-oh...""Dadme el aguinaldo, oh-oh-oh...""Dadme, dadme, el a-gui-nal-do, oh-oh-oh..."
Sorprendidos, estupefactos, ipertérritos, estoicos, nuestros aventureros gallardamente escucharon a la maldita y poco melodiosa pareja, para finalmente decirles:"no-no-no... somos inmigrantes, no tenemos monedas..."
Epílogo: En fin... pseudo villancicos navideños (?!)... costumbres extrañas que continúan sorprendiendo a nuestros aventureros, quienes no se amedrentan y siguen recorriendo las sendas de La Mancha...
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