3.23.2007

mmmchuiCK!



La noche le ampara. Calle desierta. El solitario replicar de sus suelas. Un brazo (el derecho) que se flexiona para acercar la mano hacia su propia cara.
Dedos extendidos con la palma enfrentándose a sus propios ojos, describiendo en sus pliegues su propio futuro. Él no lo sabe. La palma de la mano se acerca hasta rozar sus propios labios y se produce el acto reflejo de "lanzar un beso":

mmmchuiCK!

No una, ni dos, ni tres. Fueron cuatro.
Cuatro sonoros besos lanzados al vacío. Sin detener su solitaria marcha. Tan sólo interrumpiendo la monotonía percusiva de sus pies.
Continuará andando, seguirá besando, hasta -tal vez- encontrar (por fin) una receptora de tanto cariño despilfarrado.
Desde lo alto del balcón, yo (testigo impertinente) le deseo suerte.